miércoles, 22 de mayo de 2013

Alimentos amigos y enemigos de tus dientes




Si es cierto que somos lo que comemos, entonces es especialmente cierto para nuestros dientes y encías. Cuando tomas bebidas con azúcar y comes alimentos a base de almidón, no sólo te alimentas tú: también alimentas la placa que puede causar problemas en tu boca.
Y si bien algunos alimentos pueden causar caries, otros pueden ayudar a combatir la acumulación de placa y a tener dientes y encías saludables. Conoce más sobre los alimentos recomendados (y algunos que deben evitarse) para ayudar a mantener tu sonrisa brillante.
Los "amigos" que combaten las caries
  • Frutas y verduras ricas en fibra: Los alimentos que contienen fibra estimulan el flujo de saliva, que es una defensa natural contra las caries. La saliva no sólo elimina las partículas de alimento y limpian tu boca, sino que además, aproximadamente 20 minutos después de comer algo, la saliva comienza a neutralizar los ácidos que atacan tus dientes. Las frutas y verduras frescas, como la zanahoria, la manzana y el apio, no sólo ayudan a estimular el flujo de saliva, sino que también ayudan a remover la placa de los dientes y a refrescar el aliento.
  • Queso, leche, yogur natural y otros productos lácteos: El calcio, los fosfatos y la vitamina D del queso, la leche y otros productos lácteos son minerales importantes para la salud de tus dientes. Tus dientes están constituidos mayormente de calcio, y si tu dieta no contiene la cantidad de calcio suficiente, corres el riesgo de desarrollar caries y otros problemas. Un beneficio adicional es que el calcio de estos alimentos se mezcla con la placa y se adhiere a los dientes, de manera que los protege de los ácidos que causan caries y ayuda a reconstruir el esmalte de los dientes al instante. ¿Te preocupa no consumir el calcio suficiente porque eres alérgico a la leche o porque no te gusta el sabor? Existen muchos jugos, leches de soya y otros alimentos fortificados con calcio que pueden aportar la misma cantidad de calcio a tu dieta que la leche.
  • Goma de mascar sin azúcar: Consumir goma de mascar sin azúcar luego de las comidas y los refrigerios puede ayudar a eliminar los ácidos nocivos de tus dientes para preservar el esmalte de los mismos. ¡Pero asegúrate de que no tenga azúcar! Consumir goma de mascar con azúcar puede aumentar tus posibilidades de tener caries. La goma de mascar sin azúcar que contiene xilitol, el cual se ha demostrado que tiene cualidades de prevención de caries, puede incluso tener un beneficio adicional. Los estudios muestran que el xilitol probablemente inhibe el desarrollo de Streptococcus mutans, la bacteria bucal que causa la caries.
  • Té verde y té negro: El té contiene compuestos que interactúan con la placa y matan o inhiben las bacterias, evitando que se desarrollen o produzcan ácidos que atacan los dientes. Esto no sólo ayuda a prevenir caries, sino que también reduce la inflamación y las posibilidades de contraer enfermedades de las encías. Dependiendo del tipo de agua que utilizas para preparar tu té, una taza de té también puede ser fuente de fluoruro. Sólo recuerda no agregar azúcar a tu té.
  • Agua con fluoruro: El agua potable con fluoruro, o cualquier producto que hagas con agua con fluoruro, ayuda a tus dientes. Esto incluye jugos en polvo (siempre y cuando no contengan demasiada azúcar) y sopas deshidratadas. El agua potable embotellada puede no contener tanto fluoruro como el agua del grifo, así que si ésta es tu principal fuente de agua, asegúrate de utilizar pasta dental con fluoruro y consulta a tu dentista sobre los suplementos de fluoruro.
Los "enemigos" que no combaten las caries
  • Dulces y golosinas con azúcar que permanecen en tu boca: Si consumes golosinas, elige las que desaparecen de tu boca rápidamente. Las golosinas que se pegan en los dientes (paletas, caramelos, gomitas y caramelos duros) dificultan que la saliva elimine el azúcar. Los bocadillos como las galletas, los pasteles y otros postres contienen una gran cantidad de azúcar, que puede causar caries. Si consume este tipo de alimento, es mejor consumirlos como postre luego de una comida principal, en lugar de hacerlo varias veces al día entre las comidas. Siempre que termines de comer golosinas (en cualquier comida o merienda), cepilla bien tus dientes con pasta dental con fluoruro.
  • Hidratos de carbono refinados con almidón: Los alimentos como las papas fritas, el pan, las pastas y las galletas saladas pueden dañar los dientes como las golosinas. Los almidones hechos de harina blanca son hidratos de carbono simples y pueden permanecer en tu boca y luego romperse en azúcares simples. Las bacterias se alimentan del azúcar y producen ácidos que provocan las caries del diente.
  • Refrescos carbonatados: No sólo los refrescos normales contienen una alta cantidad de azúcar: tanto los refrescos normales como los dietéticos contienen fósforo y carbonatación, que gastan el esmalte de tus dientes (de manera que los manchan y les dan un color marrón). Muchas bebidas energizantes y tés helados y limonadas embotelladas también contienen altas cantidades de azúcar y pueden tener ácidos que desgastan el esmalte de los dientes. Si consumes refrescos regularmente debes usar un popote para evitar que tengan demasiado contacto con tus dientes.
  • Jugo de frutas: Si bien las frutas son una parte importante de una dieta saludable, el jugo de frutas puede producir problemas en tus dientes. Las frutas enteras tienen fibra y son una fuente de azúcar (y a veces ácidos) menos concentrada. Además, los jugos a veces tienen azúcar adiciona, lo que puede ser incluso más dañino para tus dientes. Si bebes jugos de fruta regularmente, debes usar un popote para evitar que tengan demasiado contacto con tus dientes.
  • Limones, frutas cítricas y otros alimentos ácidos: Está bien consumir este tipo de alimentos, pero no los chupes ni los mantengaa en tu boca durante un periodo de tiempo prolongado. El jugo ácido de estos alimentos puede erosionar el esmalte de tus dientes. Las frutas cítricas y los alimentos con tomate (pizza, sopa y salsa para pastas, entre otros), los encurtidos, la miel y el vino pueden ser dañinos para tus dientes si se consumen con mucha regularidad o si se mantienen en la boca durante demasiado tiempo

Reflujo


 Su dentista puede notarlo antes que usted

La mayoría de las personas conocen la sensación de ardor y dolor que sale desde el interior del pecho: la acidez. Los síntomas persistentes, que se manifiestan más de dos veces por semana, pueden ser una señal de la enfermedad por reflujo gastroesofágico o GERD. Sin embargo, no todas las personas con GERD tienen los síntomas de la acidez. En realidad, usted puede tener GERD y ni siquiera saberlo.

¿Cómo puede detectarlo su dentista?

La GERD, llamada comúnmente reflujo ácido, se origina cuando el esfínter esofágico, que separa el estómago del esófago, permite que el ácido salga del estómago. Muchas veces este ácido provoca acidez; pero este no siempre es el caso. Ante la ausencia de síntomas de acidez, el primer indicio de que una persona puede tener GERD es la erosión del esmalte de los molares o de la parte posterior de los dientes.
 "Su dentista puede ser el primero en notar los síntomas de la enfermedad cuando detecta la pérdida de esmalte". 


¿Qué puede hacer?

La pérdida del esmalte es permanente y, si no se controla, puede provocar una rápida formación de caries en los dientes afectados. Además de la pérdida de esmalte, puede provocar otros daños a largo plazo en el cuerpo, como la irritación y la inflamación del esófago, que incluso pueden provocar cáncer de esófago.
Por esta razón, es importante que su dentista le haga un examen oral regular, ya que puede detectar los síntomas iniciales de un posible problema grave antes de que empeore. De hecho, más del 90% de las enfermedades sistémicas se manifiestan en la boca y un dentista puede detectarlas durante un examen oral.

martes, 21 de mayo de 2013

Cáncer bucal


El cáncer oral o bucal compromete con mayor frecuencia los labios o la lengua y también puede ocurrir en:
  • El revestimiento de las mejillas (mucosa
    bucal)
  • El piso de la boca
  • Las encías
  • El paladar (bóveda del paladar)
La mayoría de los cánceres orales son tipo denominado carcinomasescamocelulares, los cuales tienden a diseminarse rápidamente.
Los hombres adquieren este tipo de cáncer con una frecuencia dos veces mayor a las mujeres, en particular aquellos mayores de 40 años.
El hecho de fumar y otros usos del tabaco están asociados con la mayoría de los casos de cáncer oral. El consumo de alcohol en exceso también incrementa el riesgo de cáncer oral.
La exposición frecuente al sol también es un factor de riesgo de cáncer labial.
Aproximadamente la mitad de las personas con cáncer oral vivirán más de cinco años después de recibir el diagnóstico y tratamiento. Si el cáncer se detecta a tiempo, antes de que se haya diseminado a otros tejidos, la tasa de curación es casi del 90%. Sin embargo, más de la mitad de los cánceres orales ya se han propagado cuando se detectan. La mayoría se ha diseminado a la garganta o el cuello.
Alrededor de 1 de cada 4 personas con cáncer oral muere por la demora en el diagnóstico y el tratamiento.
La detección temprana del cáncer bucal es fundamental para el éxito del tratamiento. La cavidad bucal es un sitio fácil de examinar y accesible a la biopsia, por lo que el diagnóstico temprano es un objetivo real y factible en el control de la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer bucal?
Usted, no siempre, podrá identificar los primeros signos de alerta, es por eso la importancia de las revisiones odontológicas y médicas regulares. Su odontólogo cuenta con la capacitación necesaria para identificar las señales de alerta del cáncer bucal. No obstante, además de los controles regulares, usted debe visitar a su odontólogo si observa alguna de las siguientes anomalías:
  • Una llaga en los labios, en las encías o dentro de su boca que sangra con facilidad y no cicatriza
  • Un bulto o engrosamiento en alguna región de la boca, que no desaparece y aumenta de tamaño.
  • Manchas blancas o rojas en las encías, la lengua o dentro de la boca
¿Cómo se trata el cáncer bucal?
Después del diagnóstico, un equipo de especialistas desarrollan un plan de tratamiento que se adapta a las necesidades de cada paciente.
Los tratamientos para el cáncer bucal pueden incluir cirugía, radioterapia o quimioterapia. Algunos pacientes reciben una combinación de tratamientos.

sábado, 11 de mayo de 2013

Envejecimiento Dental









La salud oral está mejorando entre los grupos de mayor edad debido a los cambios de hábitos y a los nuevos estilos de vida, especialmente en los países occidentales.
 En un futuro no muy lejano se espera que las nuevas generaciones de ancianos posean más dientes y, aquellos que padezcan más problemas de salud oral, demanden más tratamientos. Cada vez menos personas se resignarán a perder sus dientes como solución a un problema. De forma que, en general, el aumento de la cultura odontológica tiende a mejorar su salud oral.


Sin embargo, sigue habiendo muchos motivos por los cuales las personas mayores pierden sus dientes sin ser por causas derivadas de la caries. Las causas, difíciles de tratar y diagnosticar, se describen en varios tipos:

• Atrición: la pérdida es debida al contacto de diente contra diente. Las variables relacionadas son la edad del individuo, el estado oclusal, los hábitos parafincionales, aumento de la fuerza oclusal, reflujos intestinales, determinados hábitos alimentarios, factores ambientales y la disminución de la secreción salival. El desgaste dental, especialmente cuando se asocia al bruxismo (apretamiento, frotamiento de los dientes), complica o limita la posibilidad de restaurar los dientes con coronas o prótesis parciales.







• Abrasión: desgaste dental patológico causado por la fricción de un cuerpo externo, independiente de la oclusión. El ejemplo más frecuente es el desgaste cervical asociado con un cepillado dental abrasivo.
abrasion
• Erosión: pérdida de tejido duro dental causada por un proceso químico sin origen bacteriano. La más frecuente es por ingesta de bebidas ácidas.

• Abfracción: es un fenómeno que se produce en el límite vestibular amelocementario de dientes (cuello dentario), fundamentalmente en piezas posteriores, donde se producen fuerzas excéntricas de tracción que deterioran la estructura dentaria.